lunes, 7 de marzo de 2011

Do not feel pity, please

I am really fine.
viernes, 4 de marzo de 2011

Unidad del dolor




Constelaciones anímicas




Miserella




Porno emocional


miércoles, 2 de marzo de 2011

A house is a house. A home is a home.



La casa u hogar es un elemento esencial en lo que supone nuestra existencia como individuos sedentarios y sociales que somos. Sin ella, somos parias, deshechos sociales, carecemos de lugar en la comunidad humana. A la gente sin techo se les llama homeless, vagabundos, mendigos. ¿Pero es lo mismo una casa que un hogar? En castellano no solemos diferenciar tanto el significado como en inglés, razón por la cual el título viene en esta lengua. La casa se entiende como continente y el hogar como contenido de la privacidad, el refugio de nuestra intimidad y familia.

¿Qué sensación de perdurabilidad nos pueden ofrecer cuatro paredes cuando precisamente en este momento de la historia hay tan pocas cosas perdurables? La casa es el refugio del frío, el hogar es el calor familiar, aunque una persona viva sola, es un espacio privado que el individuo se construye poco a poco y que va estrechamente ligado a su persona, a su carácter, a su concepción de la vida, un espacio impenetrable, al menos hasta cierto punto, que la persona va montando con el fin de acotar un espacio íntimo dentro de mundo.

En una sociedad donde cada vez se vive más aprisa, cada vez se consume más y pensando menos, el hogar representa uno de los espacios que más inseguridad ofrecen (cuando debería ser al contrario) precisamente por los vertiginosos cambios vividos en los últimos cincuenta años. El ser humano occidental ha sido educado en los valores de la familia nuclear, que viviría de pequeño, y más tarde se supone que tendría que formar él mismo con pareja e hijos propios. Cuando uno tenía una casa solía ser para toda la vida, el lugar para montar el hogar familiar que en muchos casos hasta se terminaba heredando. Los alquileres estaban extendidos, pero desde el punto de vista de alguien que estaba de paso, o para las familias extremadamente pobres, siempre amenazadas por la figura de un casero.

La mujer solía ser en el cien por cien de los casos la responsable del funcionamiento del hogar, mientras que el hombre solía ser el que se ocupaba de los asuntos de puertas para afuera. Por lo tanto la labor de construcción del espacio familiar casi siempre quedaba a cargo de la mujer, por lo que las labores del hogar terminó siendo aquello que ponía tras “Profesión” en los documentos de identidad de las mujeres de antaño: sus labores. Desde luego, se consideraban suyas y nada más que suyas.



lunes, 7 de febrero de 2011

Hyperroyalty



Hyperroyalty es un finísimo concepto que nace a partir de un juego de palabras.
La hiperrealidad es un término que se lleva utilizando desde hace varias décadas por pensadores como Jean Baudrillard, Daniel Burdin o Umberto Eco, y que pertenece a la cultura posmoderna. Es un concepto un tanto complejo y largo de explicar, pero una definición breve podría ser “Realidad a través de intermediarios (mediada)”.
No se puede decir de la hiperrealidad que “exista” o “no exista”. Simplemente es una forma de describir la información a la que la conciencia se ve expuesta.
La palabra real tiene varios significados en español: real, de realidad, o real de “royal” (la diferencia en inglés es muy evidente al tratarse de dos palabras diferentes). Es decir, que tiene existencia verdadera y efectiva o bien perteneciente o relativo al rey o a la realeza.
Lo que hemos querido recoger en este texto es un estudio o reflexión de la producción de imágenes que connotan distinción de clase o afiliación a algún grupo social determinado, utilizando en este juego de palabras la figura del rey o la realeza como el punto más alto de los estratos sociales.
Hyperroyalty es una compilación de obras que en mayor o menor medida juegan con este concepto, en especial en el entorno privado o doméstico, y nos ayudan a entender este tipo de fenómeno. ¿Cuál es su lugar o papel en determinados entornos donde están completamente descontextualizados? ¿Existe una necesidad de acompañar el entorno doméstico de este tipo de productos visuales? ¿Qué nos desvelan?

José Manuel Sanz Menéndez
domingo, 7 de noviembre de 2010

Fases y proceso VI




La quinta fase es la última, corresponde al olvido, pero se presenta como un momento dudoso, ya que nunca se puede saber con certeza si este momento se da, o si se llega a un olvido o enterramiento total.

En esta parte incluyo textos especiales por su significado.

Durante el proceso me surgieron muchas preguntas acerca de si lo que estaba haciendo tenía realmente algún sentido. Mi opción fue dejarme llevar, utilizar mi intuición. Al fin y al cabo, se trata de un diario íntimo.

La documentación utilizada se encontraba entre mis propios archivos personales, desde textos escritos, poemas, canciones, objetos encontrados, papeles, documentos, fotografías…tenía una serie de objetos considerados sin importancia, que había guardado en una caja de zapatos a la que llamé “la cajita de la melancolía” y que me propuse no sacar en un tiempo de mi cajón. Allí introduje billetes de autobús, entradas de conciertos, librillos de papel de fumar, notas recordatorias y un abono de transporte que sólo usé un mes.

El método usado ha sido básicamente artesanal, pues a pesar del empleo de la fotografía digital, no quería perder el carácter íntimo y de construcción del texto manuscrito o el collage.


lunes, 11 de octubre de 2010

Fases y proceso V


La cuarta fase corresponde a la superación y por lo tanto cicatrización. Una vez recuperados y clasificados todos mis recuerdos, hago un recorrido imaginario por lo que será su vida en el mismo momento en el que yo ya no la comparto. Yo también sigo con mi vida, que documento, y en la que se me presentan varios posibles candidatos (reales o no) a sustitutos. En un primer momento la intención era realizar fotos en mi propia cama con personajes anónimos, como posibles figuras a ocupar el espacio que esa persona había dejado hueco. Pero finalmente, por problemas logísticos y falta de modelos disponibles, opté por fotografiarme sola dejando un interrogante sobre el nuevo sujeto. Empleo además textos y reflexiones.



sábado, 9 de octubre de 2010

Fases y proceso IV


La tercera fase constituye la resignación al hecho del recuerdo. Aquí el dolor sigue presente, pero se matiza, y se presenta como más racional y palpable, menos monstruoso.

Como la memoria es traicionera, y distorsiona los hechos, comienzo con una recuperación lo más objetiva posible de recuerdos, esos recuerdos que en un principio he desechado, y de la misma manera que recupero mis espacios, aquí recupero información esencial, pero desde la distancia, de lo que fueron los cuarenta días juntos. Como hay espacios a los que no he vuelto, ni volveré, como es su casa o su lugar de trabajo, pues se presentan peligrosos, decido hacer una reconstrucción mental de los mismos, llevándolo al terreno del dibujo. Asimismo, me percato de que la memoria ya ha comenzado a degradar algunos recuerdos, leve pero inexorablemente, y a la hora de reconstruir cosas como su perfil o las estancias de su casa, no llego a recuperarlos del todo en mi fichero personal.

Intento además hacer una descripción detallada de días, mensajes, palabras y todo lo que pueda sacar del pozo de la memoria. Busco en internet (Google Earth), creo imágenes, itinerarios, rutas, encuentro fetiches que tengo guardados…intento conservar todo lo que me pueda quedar de los cuarenta días que ya han pasado, atrapar lo poco que pueda del tiempo que acontece.





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