martes, 15 de junio de 2010

Fases y proceso II



En este mismo tiempo comencé a realizar un trabajo en clase de grabado que sería un autorretrato de cómo me sentía en ese momento. Una presentación visual de mí misma, pero no como algo global, porque soy de las que creen que todo muta y nada permanece, sino yo misma en ese momento y en ese espacio. En ese mismo trabajo decidí tomar tres imágenes de mí misma, que también tomé como períodos por los que habría de pasar. Desesperación, dolor y recomposición. Modifiqué las imágenes y las realicé con un calco en barniz blando. Lo titulé “Self portrait in love” (Autorretrato Enamorada), como descripción de mi estado anímico.

En la primera imagen se me ve poniendo las manos por delante de mi cara, con actitud de defensa, además de dos cortes en las muñecas. En la segunda imagen se me ve con gesto de indefensión, y tres grandes agujeros en la cabeza, el corazón y el estómago. Los órganos están a la vista. En la tercera imagen me muestro cosiendo una serie de rasgaduras por todo el cuerpo, como recomponiendo mi persona.

La segunda imagen sobre todo hace alusión a una teoría sobre el amor y los chakras (puntos vitales en la filosofía oriental). El chakra de la razón se encuentra en la cabeza o el cerebro, el de las emociones en el pecho o el corazón y el de las pasiones en el estómago o las entrañas. Se entiende como amor cuando los tres chakras se sincronizan y dejan de funcionar por separado ante esa persona.

Este bello detalle lo incluyo dentro del diario como prueba del estado de dolor en el que me veía inmersa.

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