sábado, 9 de octubre de 2010

Fases y proceso IV


La tercera fase constituye la resignación al hecho del recuerdo. Aquí el dolor sigue presente, pero se matiza, y se presenta como más racional y palpable, menos monstruoso.

Como la memoria es traicionera, y distorsiona los hechos, comienzo con una recuperación lo más objetiva posible de recuerdos, esos recuerdos que en un principio he desechado, y de la misma manera que recupero mis espacios, aquí recupero información esencial, pero desde la distancia, de lo que fueron los cuarenta días juntos. Como hay espacios a los que no he vuelto, ni volveré, como es su casa o su lugar de trabajo, pues se presentan peligrosos, decido hacer una reconstrucción mental de los mismos, llevándolo al terreno del dibujo. Asimismo, me percato de que la memoria ya ha comenzado a degradar algunos recuerdos, leve pero inexorablemente, y a la hora de reconstruir cosas como su perfil o las estancias de su casa, no llego a recuperarlos del todo en mi fichero personal.

Intento además hacer una descripción detallada de días, mensajes, palabras y todo lo que pueda sacar del pozo de la memoria. Busco en internet (Google Earth), creo imágenes, itinerarios, rutas, encuentro fetiches que tengo guardados…intento conservar todo lo que me pueda quedar de los cuarenta días que ya han pasado, atrapar lo poco que pueda del tiempo que acontece.





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